El optimismo y la felicidad vienen de Portugal, se exportan en dosis de documental que ayer por la noche (18 octubre-23h.-En Portada) nos regaló La2 de TVE. El título, O adeus à saudade, y la entradilla explicaban su razón de ser, Portugal se está desprendiendo de su nostalgia y de su melancolía tradicionales para renacer y resurgir de esta crisis.
La música bien escogida, el montaje segmentado temáticamente y pausado (muy al estilo portugués de contar historias), las declaraciones mezcladas con fragmentos literarios, me engancharon; si bien, confieso, lo vi con ojos críticos y algo de escepticismo.
El documental fue anunciado como un alegato a la reinvención, al renacimiento, a despojarse de la indignación que se me antoja bastante oportuno en la situación que atraviesa la vecina España.
Portugal siempre se ha visto desde España como el país donde la pena y el lamento pesan en las carteras de los lusos. El Fado siempre se asocia a la melancolía, y el mar, que de por sí inspira horizontes hacia los que suspirar, no dejan lugar a dudas: Portugal es el país de la saudade. En este reportaje se pretende despojar de esos lastres (tópicos) de amargura a los portugueses y hacernos ver desde España que la esencia de la felicidad no está en el número de ceros a la derecha en la cuenta corriente, y que en buena medida, de todos esos tópicos surgen muchos de los ejemplos que en el documental se muestran. Por que la paradoja también forma parte de este renacimiento.
O adeus à saudade, muestra la esencia variopinta de la que se nutre Portugal, un país en el que conviven el aparentar y la hospitalidad, la melancolía y la mirada al futuro, el pasado y las historias modernas, la música tradicional y la experimental, la tradición y la tecnologías, el sedentarismo y la emigración, la saudade y la felicidad.
Solo por eso, solo por enseñarnos un Portugal que ya estaba ahí antes de la crisis, vale la pena ver el reportaje. Es de recibo, además, reconocerle a María Oña su trabajo como corresponsal de TVE y como guionista de este documental.
O adeus à saudade
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