Comunicación para la libertad

Publicado en la Web de la Asociación Galega de Reporteiros Solidarios (AGARESO)

Elena Sorribas. Cárcel de A Lama (Pontevedra) 30 de Marzo de 2011

Visitamos el Centro Penitenciario de A Lama en Pontevedra, penal que cuenta con 1570 internos, de los que 400 forman parte de los módulos de respeto. En este centro la comunicación, en cualquiera de sus acepciones, es la base de cualquier programa de reinserción. Así, en los módulos de respeto, se ofrecen actividades para la adquisición de habilidades comunicativas, la formación profesional y la formación específica en comunicación para prensa y radio.

Un sábado a media mañana, hay en la entrada del Centro Penitenciario de A Lama familias a la espera de poder entrar para estar un rato con sus seres queridos, a estas visitas se les llama comunicaciones.

Una vez dentro del Centro Penitenciario de A Lama, el azul, el rojo y el amarillo cambian el aspecto de los barrotes. Los sonidos de las puertas abriéndose y cerrándose impresionan y ensordecen. Los muros dela Plazade Galicia, como se llama el distribuidor que da acceso a los 15 módulos que forman el centro, están decorados con murales: la casa consistorial de Pontevedra, la iglesia deLa Peregrina, un pelouro, unas cascadas, el puente de Rande… En los pasillos abundan los cuadros hechos a partir de puzzles de miles de piezas. En los accesos a las diferentes estancias las paredes están cubiertas por paneles de corcho con comunicados de actividades, concursos o con frases que hacen reflexionar. Existen tres tipos de personas: las que hacen que las cosas sucedan, las que miran cómo suceden las cosas y las que se preguntan qué es lo que sucedió.

El párrafo más reproducido, en placas de metacrilato, es el Artículo 25.2 dela Constitución Española: Establece que las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzosos.

José Antonio Gómez Novoa es el director del Centro Penitenciario de A Lama. Hace seis años llegó al penal y, desde ese momento, las cosas comenzaron a cambiar en A Lama. “Retención y reinserción son la misión de este centro penitenciario”, asegura. La retención tiene que ver con la privación de libertad y la reinserción está relacionada con las alternativas que se le ofrecen a los reclusos para salir de la cárcel en las mejores condiciones. Cualquier alternativa cuenta con la comunicación como pilar, de hecho es la base de cualquier programa de reinserción.

El centro de A Lama es uno de los pioneros, junto con el de León, en la implantación de módulos de convivencia y respeto. Estos módulos funcionan por la autogestión de los internos. Los reclusos realizan actividades durante todo el día, asambleas para tratar sus asuntos y tienen una comisión de acogida para facilitar la integración de los que llegan por primera vez.

Un sábado a media mañana no hay actividades, pero se continua practicando y trabajando la comunicación. Es imposible no comunicar, dijo Watzlawick, autor dela Teoríadela Comunicación Humana.

La falta de habilidades comunicativas, según palabras de varios internos en la asamblea del módulo 8, el módulo libre de drogas, “nos ha provocado muchos problemas”. Uno de los internos afirma “no creía que pudiera mantener una conversación, no creía que pudiera llegar a conseguirlo y ahora soy capaz de expresar lo que me pasa y lo que siento”. Este módulo, al igual que los de convivencia y respeto, también es autogestionado por los internos, carece de barrotes y cuenta con actividades, asamblea, comisión de acogida y tutores. Y, aunque pueda parecer lo contrario, vivir aquí no es fácil. Ni todos los presos pueden hacerlo, ni todos están dispuestos. Para formar parte de uno de estos módulos, los internos deben pagar otro peaje: someterse a un programa de desintoxicación, rechazar permisos, limitar visitas…

La radio, la revista, la biblioteca y AGARESO

Un sábado por la mañana en la cárcel de A Lama, los internos que trabajan en la radio aprovechan para preparar los programas de la semana: seleccionar música, revisar alguna revista o periódico de semanas anteriores, ordenar las peticiones de los internos e internas que les llegan por escrito. Sin internet, sin disponibilidad de prensa diaria, sin teléfono, la radio emite 24 horas al día y de lunes a viernes hacen seis horas de directo.

“¡Buenos días, A Lama!”, claman los altavoces. AGARESO (Asociación Galega de Reporteiros Solidarios) fue la impulsora de “A Radio” que lleva en el aire dos años, y también de los talleres de prensa y de radio que los internos deben realizar para acceder a estas iniciativas. “Somos muy afortunados por trabajar aquí. Estas actividades, además de vía de escape para el día a día, nos fortalecen de cara al futuro”, aseguran los participantes.

Por motivos de espacio la radio no se pudo ubicar en el edificio destinado a la escuela, al salón de actos y a la biblioteca: la revista sí. En la sala anexa a la biblioteca se encuentra la redacción de la revista en la que trabajan entre cuatro y cinco personas. El primer número de A xanela está a punto de ver la luz, pero antes de ésta ya hubo varias publicaciones con el nombre A voz de A Lama. La nueva publicación, más profesional, quiere centrarse en lo que pasa dentro de la cárcel.

Y a medida que aumentan las iniciativas, crece la biblioteca gracias a las donaciones de instituciones, de funcionarios y de los propios internos, dotándola de ejemplares en varios idiomas. Español, gallego, inglés y ruso, son los que más abundan. Según el interno que organiza la biblioteca, “las novelas y los temas jurídicos son lo más pedido. Los libros de temática jurídica son de consulta diaria”.

Un sábado por la mañana en la cárcel de A Lama, la historia de cada interno es diferente pero, junto a otras muchas circunstancias, la mala comunicación consigo mismos y con los demás ha sido desencadenante de sus problemas. Como afirma el director del centro: “el problema es el cerebro de la personas, son capaces de lo mejor y de lo peor, y nosotros debemos ofrecer alternativas para sacar lo mejor”.

Los módulos de respeto y las actividades ofrecen a los internos que así lo quieren la oportunidad de adquirir herramientas para que la comunicación no sea su prisión de por vida.

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