El día en Guimarães amaneció con amenaza de lluvia, se cumplieron los pronósticos y a media mañana cayó una tromba de agua, sin embargo, después del almuerzo, la tarde se sosegó y se dejó ver el sol. Fuimos con el estómago lleno y con los pies cargados de kilómetros de “ruas estreitas”, al café del Centro Cultural Vila Flor, allí habíamos quedado con Carlos Martins, el director ejecutivo de la Fundación Ciudad de Guimarães, encargado de la Capital Europea de la Cultura. Carlos Martins nos desmenuzó el programa de la capitalidad y nos contó algunos pormenores que se les cruzaron por el camino. Porque convertir una ciudad en Capital Europea de la Cultura no es como organizar un festival.

Conversas- Cual es la apuesta de G. como Capital Europea de la Cultura.
Carlos Martins- Son tres las apuestas, tres dimensiones y tres preguntas. ¿Cómo puede ser útil la Capital Europea de la Cultura al desarrollo social? Inclusión, participación democrática, la formación de competencias. Por tanto, el programa y la infraestructura tienen que responder a esto. ¿Cómo las personas de Guimarães se pueden beneficiar de ello?
Tenemos un programa de voluntariado, de integración de la población. Y tenemos, también, la preocupación que todo programa artístico tiene una consecuencia en términos de educación y de desarrollo de competencias. Por ejemplo, cerca del 80% de la programación está hecha con nueva creación que está hecha en residencia en Guimarães. Los artistas no traen aquello que ya tenían hecho antes, sino que vienen a crear aquí y al crear se empapan del contexto, incorporan Guimarães en su obra e influencian a su alrededor y aportan conocimiento. Y si durante un año, mucha gente aporta mucho conocimiento a una ciudad, y si por opción nuestra, es diseminada, la ciudad pasa a ser una especie de academia. Creemos que la educación no depende solo de las escuelas, creemos en el open source y el acceso al conocimiento libre. Esta es la primera dimensión, que abarca las personas, la más importante.
La segunda pregunta es cómo creatividad y cultura alteran la economía. La presencia de otras miradas y perspectivas en la ciudad. La aparición de nuevos sectores industriales, relacionando el diseño con la moda, con la industria; relacionando ciencia, tecnología y arte tiene un impacto directo en la economía, economía creativa.
Y la tercera es, cómo la propia ciudad, el propio espacio urbano físico, se transforma con la actividad cultural y creativa. Por encima de todo, lo que nos interesa aquí es la regeneración de espacios, todas las infraestructuras para la Capital Europea de la Cultura son adaptaciones o rehabilitaciones de espacios que ya existían, no hay ninguna construcción nueva. Y son casi todos, antiguos espacios industriales o comerciales que estaban desactivados. Se dice que las ciudades son como las personas, son seres vivos que se renuevan y la cultura puede ser un estímulo para esa renovación.
Esas dimensiones social, económica y urbana son las que nos interesan siendo que la cultura no es un fin, es un medio y por eso la Capital Europea de la Cultura no es un festival, no es una celebración, no es un parque temático, es un proceso social, económico, urbano que se da en una ciudad que ya existía.
C- ¿Qué es la Capital Europea de la Cultura, entonces?
CM- En el fondo la finalidad de la Capital Europea de la Cultura es interpretar en este sitio concreto, en este tiempo concreto, un programa europeo que tiene 27 años y que tiene muchas contribuciones y no querer hacer como si fuésemos Berlín o Madrid, ser como somos: Guimarães. Y los europeos de Guimarães son tan europeos como los que viven en el centro de Bruselas, a veces, nos olvidamos de eso, no queremos ver esa dimensión de diversidad y Europa es tanto más rica cuantas más ciudades como Guimarães puedan mostrar aquello que son y aquello de lo que son capaces y tener consciencia de los límites, de la humildad que tienen que tener. Hay muchos más europeos viviendo en ciudades como Guimarães que en ciudades como Londres, porque no hay otro Londres, pero hay muchas Guimarães, ciudades pequeñas, medias, con problemas de paro, de competitividad y que necesitan estímulos y ésta es una forma de ofrecérselos.
C- Por lo que nos dice, además de los eventos y de la programación cultural, están haciendo una difusión mayor.
CM- Nuestro programa tiene cuatro áreas de intervención.
Una artística, que tiene música, teatro, danza, artes plásticas, cinema, y que realmente es aquello que nosotros interpretamos que es la Capital Europea de la Cultura, pero solo es un cuarto de nuestro trabajo.
Hay otra dimensión que es pensamiento, reflexión, documentación, registro, edición, que trata de producir conocimientos, independientemente de su interpretación ser inmediata o no. Vamos a dejar un nuevo patrimonio, encargamos películas, libros, expresiones que tienen memoria, que van a dejar un documento que probablemente sea usado o interpretado más adelante.
Esos dos pilares, arte y pensamiento, ayudan a soportar una ciudad, que es la tercera área de intervención. Las preguntas que nos hacemos son ¿y si hiciésemos esto? ¿y si probásemos aquello? Y luego hay que intentarlo, no siempre se va a acertar, pero este programa se fundamenta en intentar. Por ejemplo, relacionando la moda con la industria textil que estaba en pérdidas, hacer intervenciones pop-up en la ciudad, llevar artistas para el mercado municipal, crear un programa de sinalética urbana completamente diferente, usar tecnología en el espacio público… es hacer estar cosas, experiencias urbanas que no son una cuestión artística únicamente sino de relación de las personas con la ciudad.
Y por último, esa ciudad soporta una comunidad y hay un programa solo para la intervención de la comunidad, en la educación, en la participación.
Por tanto, las cuatro áreas de intervención son: arte, pensamiento, ciudad y comunidad.
No nos interesa solo tener un escenario y un público, tener un excelente espectáculo, y sí preguntarnos ¿cómo podemos darle más valor? Con la participación, con la comunicación… Los eventos están al servicio de una idea, del artista principal que es la ciudad de Guimarães.
C- ¿Se están descubriendo gracias a estos proyectos potencialidades de la ciudad que no estaban explotadas?
CM- Sí, especialmente porque está destapando creatividad, basta andar por la ciudad y ver los corazones (símbolo de la capital) en los escaparates. Las personas tienen creatividad y quieren expresarla, pero no saben cómo, y muchas veces es tan sencillo como coger una caja de cartón que hagan un corazón y lo pinten como quieran. En cuanto devuelves a las personas el poder, la ciudad es mucho más fuerte y éste aún no es el ejercicio completo, hay más cosas para hacer, es un proceso gradual. La ciudad empieza a tener más capacidad para tener una consciencia de sí misma diferente, en Guimarães, la consciencia de sí misma es una consciencia histórica, como espacio patrimonial, pero hay poca valorización de aquello que es hoy y de la capacidad de las personas que actualmente viven y trabajan aquí. Si hablas del Rei Afonso y tal, la gente dice: ellos son los protagonistas de ciudad. Pero no se necesitan tanto los mitos.

C- ¿Cuál es el clima que se respira, las opiniones que se están recibiendo por parte de la ciudadanía?
CM- Aquí hubo un problema muy grande en el proyecto durante algún tiempo, que fue la incapacidad del proyecto de comunicarse con la ciudad. Y que tal vez en Guimarães fue más nítido porque hay un sentimiento de pertenencia muy fuerte y la ciudad reaccionó: yo no quiero esta capital europea de la cultura. Eso sucedió el año pasado, hasta el punto de que la organización dimitió, yo mismo trabajé en el proyecto desde 2008, en la candidatura, y dimití en marzo del año pasado, porque entendí que no se estaba cumpliendo el objetivo de garantizar la prestación a las personas. En agosto fue nombrada una nueva administración y yo regresé en septiembre, más o menos, y el desafío que la administración me dio fue: tenemos que reconquistar la ciudad. Y pensamos en una nueva estrategia, que pasó por un discurso diferente también, más próximo, un eslogan que es “Tú formas parte”, que no existía hasta diciembre, fue solo en el mes anterior que conseguimos lanzarlo con una campaña en la televisión.
De repente empezamos a sentir que las personas lo aceptaban
C- ¿Cómo se construyó el mensaje?
CM- El ejercicio que hicimos fue el siguiente: las personas tienen demasiada oferta de eventos, no hace falta más eventos, no es ese el problema de Guimarães, por tanto, nosotros no podemos vender, no podemos comunicar un evento físico un espectáculo aquí o allá, eso no es suficientemente interesante para comunicar y era eso que estábamos comunicando. Tampoco interesaba comunicar que es un gran evento, porque en el contexto de crisis económica, lo que es grande es caro. Tampoco podemos decir solo que es un evento cultural, porque los públicos tradicionales de la cultura ya lo saben y lo ven, y los otros públicos, al llamarse cultural lo verán menos atractivo.
Entonces no podíamos comunicar el evento material, pero sí el afecto: “¿Qué tengo yo que ver con esto? Esta es la cuestión esencial y la comunicación te dice “Tú haces parte, tienes mucho que ver aunque no vengas nunca a ningún espectáculo porque es tu ciudad; o porque eres portugués y esta ciudad es la ciudad origen de tu país, por eso tú formas parte; o porque trabajas en la economía local, tú formas parte; o porque eres europeo también formas parte. Y en este sentido, se notó un cambio grande en el afecto, en el fondo lo que nosotros queremos es soportar este proyecto en dos grandes bases: ideas y afecto. Solo con ideas no se sustenta, tienes que tener que ver algo con aquello.
C- Tienen algún proyecto común con la otra Capital Europea de la Cultura?
CM- Sí, aunque nos gustaría tener más, pero es difícil porque son conceptos muy diferentes.
Tenemos un proyecto de artes preformativas de calle, una caravana que va desde Guimarães hasta Maribor haciendo espectáculos en otras capitales europeas de la cultura: San Sebastián en 2016, Marsella en 2013.
Tenemos un proyecto de producción editorial, vamos hacer el lanzamiento de libros en conjunto bilingües portugués – esloveno, de poesía contemporánea.
Tenemos una orquesta residente en Guimarães de jóvenes de toda Europa que irá a Maribor. Vamos a tener una embajada cultural de Guimarães en Maribor, durante un mes y vamos a hacer programación de G. en Maribor, por ejemplo, vamos a hacer el “Mi casa es tu casa en Maribor”, al que irán músicos de aquí. Tenemos también un proyecto en el área de Comunidad de traer filósofos y hablar con las personas comunes para saber qué es hoy el pensamiento europeo contemporáneo.
Hay varias cosas, pero nos gustaría que hubiese más.
C- ¿Cómo influye que Braga sea Capital Europea de la Juventud, tienen proyectos comunes?
CM- Tenemos algunos proyectos comunes, aunque son lógicas diferentes. La Capital Europea de la Juventud no es un programa europeo, no es de la Comisión Europea es de una organización privada que se llama Capital Europea de la Juventud, aunque está reconocido por la Comisión Europea. La motivación de este programa es más a nivel de las políticas de juventud más limitado en el territorio y más limitado en presupuesto. No obstante, nos interesa el tema. Aún ayer hicimos una conferencia de prensa conjunta para presentar un proyecto común que es un festival de artes digitales conjunto, también a nivel de música tenemos proyectos conjuntos, algunas conferencias que organizamos en conjunto. Y sobretodo, nosotros queremos tener el cuidado de ser complementares, más que hacer juntos es complementarnos, porque las ciudades están muy próximas y no se justifica estar compitiendo todos los días y por ejemplo, si en Braga hay un evento importante un sábado, nosotros intentamos no tener nada ese día y viceversa. Hay mucha rivalidad, casi medieval, pero las organizaciones trabajan bien en conjunto.
C- Los actos que están siendo desarrollados andan alrededor de la economía creativa. ¿Cómo se sitúa la economía creativa, antes, ahora y después en Guimarães?
CM- Economía creativa y no creativa. ¡Como si hubiese economía no creativa! No se transforma por un evento, no cambia porque haya una Capital Europea de la Cultura.
Lo que nos interesa son las competencias que quedan en las personas, que las hacen más emprendedoras y más capaces de comprender los mercados y comprender el potencial de crear valor, eso es lo que nos interesa más. Y no se puede hacer un decreto y decir “mañana la economía será diferente”. Los procesos sociales todos son largos. El más importante de todos los que nos gustaría dejar es una nueva ambición, que las personas más jóvenes piensen que es posible una ciudad pequeña ser relevante internacionalmente y que una empresa pequeña sea relevante internacionalmente.
Otra cuestión es dejar el soporte para que Guimarães no sea apenas un espacio de consumo y sea también un espacio de producción.
Y otra dimensión es la de la conectividad, el hecho de Guimarães ser Capital Europea de la Cultura da un estatuto y una marca que permite más accesos y más contactos, nuevos espacios de encuentro. En el caso de un pintor, decir que es de Guimarães y otro de Berlín, ¿a quién le comprarías el cuadro?
C- Yo probablemente al de Guimarães.
CM- Sí, pero el mercado internacional dice “¿Guima… qué?”. La percepción de la notoriedad, ella misma es un valor económico, y una ciudad que no exista o una empresa que venga de una ciudad que nadie reconoce el valor, no tiene valor. Esto es como el rating de las agencias, ¿no?, si ellos dicen esto es una basura, nadie quiere aquello.
Lo que nosotros queremos es estar en redes internacionales nuevas porque ella tiene un estatuto diferente. Esto da mucha importancia a las empresas. Hay diseñadores, arquitectos, artistas de Oporto que están mudándose a G. porque quieren esta visibilidad y esta disposición. Esto tiene un valor, ¿cómo se cuantifica en términos económicos? No se bien, pero tiene un valor y un valor de marca. El branding de las ciudades es muy importante, y Guimarães tiene una marca que le es muy favorable, y extrañamente cuanto mayor es la crisis más sorprendente es el proceso que acabo de decir.
Hay otra capa de relaciones que estamos generando, que es útil para las empresas también, que no pueden quedar marcadas por lo urgente, por lo inmediato de la crisis presupuestaria, tenemos otros temas a tratar. Y con respecto a esto, yo como empresario prefiero trabajar en una red de empresas construida por oportunidades que en una con la amenaza permanente. A veces no tenemos consciencia de ello, pero es posible que la marca de una ciudad no sea la misma que la marca país y que la percepción positiva de una ciudad no sea la percepción negativa de un país.
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